Pastoral Colegio San Buenaventura
Como Pastoral favorecemos el encuentro con Jesucristo. Siendo colegio de Iglesia vivimos los principios del Evangelio, Mt 28,18-20. (Biblia Latinoamericana, año 2005, pág. 66), trabajando la experiencia del anuncio, celebración de la fe, servicio, vida sacramental y comunitaria. La formación sistemática, a partir de las clases de Cultura Religiosa Franciscana, asegura el crecimiento en la fe.
Desde nuestra Espiritualidad Franciscana, formamos personas que sean sujeto de su propio desarrollo, a través de los pilares congregacionales (Amor mutuo, Sencillez, Laboriosidad, Desprendimiento) que son base fundamental en el proceso formativo de nuestros estudiantes al estilo de nuestra fundadora Madre María José de Jesús (año 2008, Ideario Educativo de las HFPR, pág. 15).
Todo lo anterior lo realizamos como pastoral orgánica, desde una Coordinación General Institucional (Hermana Carmen González A.), Equipo de Coordinadores de colegios, Coordinador de colegio, Asesor Espiritual, Equipo Pastoral, Equipo de Catequesis.
EL EQUIPO PASTORAL 2025 está compuesto por:
EQUIPO DE CATEQUESIS
CORO PASTORAL
Amor Mutuo: Proviene de Dios, impulsa a servir a los demás y da fuerza para superar todas las asperezas y dificultades. Es necesario guiar a los niños y jóvenes para que, viviendo este pilar fundamental, realicen el bien, no hagan daño, sean tolerantes y estén dispuestos a pedir perdón y a perdonar siempre, identificándose con Cristo y expresar, unidos a Él, el amor salvador de Dios.
Desprendimiento: Se entiende esta virtud como aquella que lleva a compartir y poner en común los dones y talentos, que gratuitamente Dios ha regalado a cada uno. Debemos guiar a los niños y jóvenes a cultivar esta virtud para que sean capaces de compartir sus dones y talentos con todos los que le rodean, manteniendo sincera austeridad de vida, eliminando derroches.
Laboriosidad: Trata de no quedarse en palabras y buenas declaraciones, sino de realizar con obras los requerimientos del amor, como nos lo ha enseñado el Señor. Debemos guiar a los niños y jóvenes a cultivar esta virtud, promoviendo el servicio a los demás y con este espíritu amar el estudio como una respuesta al don de Dios que les brinda la oportunidad de formarse integralmente para un mejor servicio a quienes han de servir en el futuro. Es la forma de proceder como personas, cristianos y franciscanos.
Sencillez: Una manera humilde y modesta de actuar, que aflora en el hablar sin rodeos ni ambigüedades. Debemos guiar a los niños y jóvenes a cultivar esta virtud, para que sean personas que actúen con autenticidad y coherencia en sus vidas, reconociéndolas cualidades de los otros.